El patio de la escuela puede ser el comienzo, pero también la plaza, la calle o el parque surgen como espacios que nos permitirán institucionalizar renovadas prácticas lúdicas y artísticas. Estos ámbitos, caracterizados por la permanente circulación y con múltiples opciones en su fisonomía -cordones, árboles, luces, sendas, veredas, rampas, relieves diversos-, pueden convertirse en una oportunidad. Solo basta disponer de estos lugares, de los tiempos y materiales necesarios para generar entornos apropiados y provocadores.

A lo largo de las actividades recreativas que se presentan en este curso, se acercará un abanico de ideas que recuperan un repertorio de juegos tradicionales y colectivos en los que se involucran diversas habilidades motoras, locomoción, manipulación de objetos, traslados, combinaciones motrices diversas y formas de comunicación grupal.